En la mayoría de los edificios se consume más de lo debido de energía para mantener unas determinadas condiciones de confort.
En España casi el 60% de las viviendas fueron construidas antes de 1980, y cuentan con aislamientos deficientes y ninguna medida destinada a mejorar la eficiencia energética: estos edificios suelen ser los que precisan rehabilitación energética .
Hay muchos aspectos y elementos en los edificios, con un peso determinante en su comportamiento energético, que pueden mejorarse para reducir de forma importante el consumo de energía.
La aplicación de medidas de rehabilitación energética en viviendas puede suponer ahorros de entre un 20 y un 50% en el consumo de energía, una disminución de entre el 10 y el 30% en las emisiones de CO2 por edificio y ahorros anuales en la factura de energía de vivienda.
El objetivo prioritario de la rehabilitación energética es disminuir la demanda energética del edificio o vivienda .
Como casi el 50% se debe a la climatización (calefacción y refrigeración), este es el principal uso energético que debe reducirse.
El primer paso para ello es controlar al máximo las pérdidas de calor en invierno (y las ganancias en verano) que se producen a través de las superficies que separan los espacios habitables del exterior (fachadas, muros, cubiertas, suelos, ventanas, medianerías, etc.), y por fugas de aire no controladas a través de huecos y grietas, que permiten la entrada del aire frío y la salida del aire caliente.
Sin olvidar el control de la ventilación , que es esencial para la salud de las personas y la seguridad del edificio, pero que genera pérdidas de energía.
Para limitar al máximo las pérdidas por renovación de aire, los sistemas de ventilación tienen que asegurar un aporte controlado de aire fresco y la evacuación, también controlada, del aire viciado.
Sólo cuando se ha disminuido la cantidad de energía que necesita la vivienda son eficaces las actuaciones sobre las instalaciones, mejorando su diseño o sustituyendo los equipos y aparatos por otros más eficientes; y el empleo de sistemas de aprovechamiento de energías renovables.
Por eso, conviene hacer cualquier reforma o renovación con criterios energéticos
En poco tiempo su coste se verá compensado por una menor factura de energía, al tiempo que se contribuye al cuidado del medio ambiente.
Además, la rehabilitación energética es la única que se amortiza año tras año, ya que se recupera el dinero ahorrando en energía no consumida.
